En esta entrada me gustaría contaros la exposición que hicieron mis compañeras en clase, en la que trataton un tema tan importante en educación infantil como es la familia, que trabajaron mediante cuento motor. ¡Vamos a ello!
Primero hablaré de la exposición. Las compañeras tenían como tema de proyecto "La familia", como nivel educativo tres años, y como contenido a desarrollar, tenían esquema corporal. Nos hicieron la rutina propia de todos los cuentos motores: cantar una canción de camino a la asamblea. Allí, hicieron una ronda de preguntas sobre quiénes son los integrantes de la familia, si algunos tenemos abuelos, o alguien que sólo tenga un papá o una mamá, o dos papás/mamás... La profesora nos preguntó directamente a algunos de nosotros, y otros levantaron la mano para hablar. Luego, nos dieron una hoja a cada una, en la que aparecían tres dibujos de tres familias diferentes:
En el primer dibujo, aparecen dos padres con dos hijos; luego una madre con su hija; y por último, dos padres con tres hijos. Yo entendí la imagen como: familia estándar, familia monoparental, y familia numerosa. En todo caso, teníamos que rodear la que más se asemejase a nuestra familia propia. Yo rodeé la primera porque tengo a mis padres y un hermano.
Después comenzó el cuento. Básicamente trataba de un niño que va visitando a sus amigos en cada una de sus casas. La primera casa que visitamos fue la de Violeta:
Pero... para llegar a la casa de Violeta, había que cruzar unos charcos de agua. Nos pusimos nuestras botas de agua y pisamos los charcos (que eran aros). ¡Ya estábamos en casa de Violeta! Violeta era una niña que vivía con sus padres, y que dentro de poco iba a tener un hermanito. La profesora nos puso por parejas, ya que íbamos a hacer un juego. Mientras ella tocaba el tambor, debíamos ir moviéndonos por un espacio delimitado por unos pivotes. En función de la velocidad a la que tocaba el instrumento, nos movíamos más lento o más rápido. Al parar de tocar, teníamos que coger una pelota de gomaespuma y, junto a la pareja, tratar de sostenerla con la parte del cuerpo que ella nos dijese. Por ejemplo, nos tocó la cabeza o las manos.
Nos despedimos de Violeta y seguimos hasta la siguiente casa. Las compañeras pusieron unas cuerdas en el suelo que simulaban un autobús, así que nos montamos todas cogiendo la cuerda y nos marchamos.
¡Ya estamos en la siguiente casa! Los padres del siguiente niño estaban separados, y algunas veces se quedaba con el papá. Otras veces, se lo llevaba mamá. La actividad de esta zona consistía en que la profesora nos ponía música y teníamos que bailar al ritmo de ella. Cuando la música parase, si ella decía "cabeza" no podíamos juntar las cabezas con nuestra pareja. Es decir, la parte del cuerpo que la profesora decía era la parte que NO teníamos que juntar. La verdad es que me costó un poco entender la mecánica. sólo con la explicación. Menos mal que la profesora nos puso un ejemplo antes de comenzar.
Una vez terminada, la profesora nos guió hasta la siguiente casa, no sin antes tener que pasar por un puente en cuadrupedia (unos bancos). La siguiente casa pertenecía a un niño chino adoptado, que vivía en una bonita casa en la playa. Aquí, el objetivo era usar unos palillos chinos para traer unas bolitas de algodón de colorines que eran comida. Formamos dos equipos en lugar de hacerlo por parejas. Los que no supieran coger los palillos, podían usar ambas manos para simplemente enganchar el algodón y llevárselo a su plato. No me costó mucho esta actividad, ya que tengo bastante práctica en usarlos, y por eso no me resultó complicado coger el algodón.
Luego, para llegar a la última casa, tuvimos que pasar por una especie de cueva en cuadrupedia. El último niño vivía con sus padres y con sus cinco hermanos en una gran casa. El juego de esta parte radicaba en que hay unos aros repartidos por la zona, y la profesora dice una parte cualquiera del cuerpo. Nosotros tenemos entonces, que meter esa parte del cuerpo en uno de los aros. Por ejemplo, si dice "codo", todos vamos a meter el codo en un aro. También hemos podido participar nosotras, diciendo la parte del cuerpo que quisiéramos.
Para finalizar con el cuento, nos fuimos a la asamblea a relajarnos. Hicimos el movimiento de los árboles al viento, lentamente como si fuésemos sus ramas. Esta parte me pareció muy chula, porque realmente relajaba.
La actividad de los palillos nos pareció obviamente difícil para tres años, pero ya ellas aclararon que simplemente la habían adaptado a nosotras, y que lógicamente no se desarrollaría en un aula de infantil. Por los demás, creo que la sesión estuvo bastante entretenida. Todas las sesiones que versan sobre cuentos motores son entretenidas, para qué negarlo. El tema de la familia me parece extremadamente relevante para expresar a los niños que existen varias familias, que pueden perfectamente ser diferentes y que todas y cada una de ellas deben ser respetadas.
Espero traeros otra aventura distinta la semana que viene.
¡¡Nos vemos!!