miércoles, 19 de febrero de 2014

Identidad digital en las redes sociales. ¿Tenemos privacidad?

Internet se ha convertido en una herramienta increíble desde su aparición. Si nos paramos a pensar, las posibilidades y puertas que nos ha abierto son inmensas. La comunicación es uno de los principales factores que nos ha brindado internet.

Cuando las nuevas tecnologías comenzaban a nacer, los servicios de mensajería instantánea eran de lo más novedoso que traía internet. Los chats y los programas de mensajería se dieron a conocer muy pronto y fácilmente la gente podía relacionarse con personas de otras ciudades e incluso de otros países. Aunque por supuesto, los chats suponían relacionarse con personas totalmente ajenas y desconocidas.

Pero estos medios de comunicación han evolucionado a lo largo de los años, y actualmente disponemos de unos servicios que nos permiten encontrar a cualquier persona, saber más de ella y descubrir aspectos que nunca habríamos pensado acerca de esa persona (si la conocemos previamente, claro).

Los servicios a los que me refiero son las redes sociales: Facebook, Instagram, Tuenti, Twitter… Todos hemos oído estos nombres en algún momento. Las redes sociales nos permiten crear un perfil digital de nosotros mismos y darnos a conocer mediante la aportación de nuestros datos personales (dónde vivimos, qué edad tenemos, qué amigos tenemos…). Puedes elegir sobre el nivel de privacidad que prefieres tener en ellas, aunque no todo el mundo controla esa privacidad.

Como he dicho, creamos una identidad digital que puede ver todo aquel que entre en nuestro perfil en esa red social. 
Personalmente, no empecé a usar redes sociales hasta que mis amigos me las mostraron. Lo primero que descubrí y que usaba eran los servicios de mensajería instantánea. Mucho tiempo después, por el año 2008, mis amigos me enseñaron la red social Tuenti y me registré. También me creé una cuenta en Facebook que no usaba porque la más usada entre los adolescentes era Tuenti. Este último lo he usado durante cuatro años para comunicarme con mis amigas o para encontrar gente que conocía de la infancia y de la que no había vuelto a saber nada.

En 2012 dejé de usar Tuenti para pasar definitivamente a Facebook, que sólo uso para ver publicaciones de las páginas a las que sigo y ver noticias o imágenes curiosas. No suelo hacer publicaciones. Sólo escribo alguna frase que haya visto escrita en algún lugar y me haya gustado, o comparto alguna que otra imagen que me guste.

He de reconocer que cuando usaba Tuenti no era muy consciente del control que se debía tener sobre las redes sociales. Aun así nunca subí fotos que pudieran comprometerme y nunca acepto peticiones de amistad de gente desconocida. A día de hoy, soy muy recelosa con la privacidad, y de hecho no uso mi nombre completo en estas dos redes sociales ni remarco el lugar en el que vivo, dónde estudio o trabajo. Tampoco hago publicaciones relacionadas con mi vida privada. Procuro dar la menor información posible y no subir fotos.

Nunca me ha gustado el hecho de subir fotos de bebés o niños pequeños a las redes sociales. Es algo con lo que estoy totalmente en desacuerdo y creo que es uno de los mayores errores que comete muchísima gente. Por mucha privacidad que Facebook prometa, el timeline que tiene permite que otros contactos de tus amigos vean tus fotos. ¿Qué necesidad hay de sumergir a un niño en las redes sociales desde pequeño, aunque sea de forma inconsciente? Nunca sabes quién ve esas fotos, y lo que es peor, que cualquiera puede descargarlas. Si pincháis aquí encontraréis un artículo que habla de los riesgos de esta práctica.

En definitiva, creo que las redes sociales pueden ser entretenidas, y de hecho creo que Facebook es muy útil gracias a que puedes unirte a grupos y esos grupos hacen publicaciones relacionadas con algo que te gusta. Puede ser entretenido y puedes entrar 5 minutos a ojear lo que han publicado. Pero nunca estaré de acuerdo con compartir mi vida privada en la red. Pienso que debe existir un uso controlado de estas redes, una identidad digital que nosotros controlemos, y eso queda en nuestras manos.

Un saludo y ¡¡que vaya bien la semana!!



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