Cuando las nuevas tecnologías
comenzaban a nacer, los servicios de mensajería instantánea eran de lo más
novedoso que traía internet. Los chats y los programas de mensajería se dieron
a conocer muy pronto y fácilmente la gente podía relacionarse con personas de
otras ciudades e incluso de otros países. Aunque por supuesto, los chats
suponían relacionarse con personas totalmente ajenas y desconocidas.
Pero estos medios de comunicación
han evolucionado a lo largo de los años, y actualmente disponemos de unos
servicios que nos permiten encontrar a cualquier persona, saber más de ella y
descubrir aspectos que nunca habríamos pensado acerca de esa persona (si la
conocemos previamente, claro).
Los servicios a los que me
refiero son las redes sociales: Facebook, Instagram, Tuenti, Twitter… Todos
hemos oído estos nombres en algún momento. Las redes sociales nos permiten
crear un perfil digital de nosotros mismos y darnos a conocer mediante la
aportación de nuestros datos personales (dónde vivimos, qué edad tenemos, qué
amigos tenemos…). Puedes elegir sobre el nivel de privacidad que prefieres
tener en ellas, aunque no todo el mundo controla esa privacidad.
Como he dicho, creamos una
identidad digital que puede ver todo aquel que entre en nuestro perfil en esa
red social.
Personalmente, no empecé a usar redes sociales hasta que mis amigos me las mostraron. Lo primero que descubrí y que usaba eran los servicios de mensajería instantánea. Mucho tiempo después, por el año 2008, mis amigos me enseñaron la red social Tuenti y me registré. También me creé una cuenta en Facebook que no usaba porque la más usada entre los adolescentes era Tuenti. Este último lo he usado durante cuatro años para comunicarme con mis amigas o para encontrar gente que conocía de la infancia y de la que no había vuelto a saber nada.
Personalmente, no empecé a usar redes sociales hasta que mis amigos me las mostraron. Lo primero que descubrí y que usaba eran los servicios de mensajería instantánea. Mucho tiempo después, por el año 2008, mis amigos me enseñaron la red social Tuenti y me registré. También me creé una cuenta en Facebook que no usaba porque la más usada entre los adolescentes era Tuenti. Este último lo he usado durante cuatro años para comunicarme con mis amigas o para encontrar gente que conocía de la infancia y de la que no había vuelto a saber nada.
En 2012 dejé de usar Tuenti para
pasar definitivamente a Facebook, que sólo uso para ver publicaciones de las
páginas a las que sigo y ver noticias o imágenes curiosas. No suelo hacer publicaciones.
Sólo escribo alguna frase que haya visto escrita en algún lugar y me haya
gustado, o comparto alguna que otra imagen que me guste.
He de reconocer que cuando usaba
Tuenti no era muy consciente del control que se debía tener sobre las redes
sociales. Aun así nunca subí fotos que pudieran comprometerme y nunca acepto
peticiones de amistad de gente desconocida. A día de hoy, soy muy recelosa con
la privacidad, y de hecho no uso mi nombre completo en estas dos redes sociales
ni remarco el lugar en el que vivo, dónde estudio o trabajo. Tampoco hago
publicaciones relacionadas con mi vida privada. Procuro dar la menor
información posible y no subir fotos.
Nunca me ha gustado el hecho de
subir fotos de bebés o niños pequeños a las redes sociales. Es algo con lo que
estoy totalmente en desacuerdo y creo que es uno de los mayores errores que
comete muchísima gente. Por mucha privacidad que Facebook prometa, el timeline
que tiene permite que otros contactos de tus amigos vean tus fotos. ¿Qué
necesidad hay de sumergir a un niño en las redes sociales desde pequeño, aunque
sea de forma inconsciente? Nunca sabes quién ve esas fotos, y lo que es peor,
que cualquiera puede descargarlas. Si pincháis aquí encontraréis un artículo que habla de los riesgos de esta práctica.
En definitiva, creo que las redes
sociales pueden ser entretenidas, y de hecho creo que Facebook es muy útil
gracias a que puedes unirte a grupos y esos grupos hacen publicaciones
relacionadas con algo que te gusta. Puede ser entretenido y puedes entrar 5
minutos a ojear lo que han publicado. Pero nunca estaré de acuerdo con
compartir mi vida privada en la red. Pienso que debe existir un uso controlado
de estas redes, una identidad digital que nosotros controlemos, y eso queda en
nuestras manos.
Un saludo y ¡¡que vaya bien la semana!!
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